Adriano supo ser un futbolista extraordinario y una gran promesa, pero cuando estaba en el mejor momento de su carrera sufrió un problema personal y su vida cambió para siempre, incluso, hasta estos días.
La ex estrella brasileña se refirió con total sinceridad a la infelicidad que acompañó su vida profesional, los traumas de su familia y la necesidad de volver una y otra vez a la peligrosa favela de su infancia.
«¿Sabés lo que se siente ser una promesa? Lo sé. Incluyendo la promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra, despercidio. Estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. No tomo drogas, no me gusta el crimen, pero por supuesto, podría haberlo hecho. La muerte de mi padre cambió mi vida para siempre. Hasta el día de hoy, es un problema que no puedo resolver», dijo en diálogo para su nueva biografía.