Después de muchas idas y vueltas, y de poner sobre la mesa varios factores (futbolísticos y organizativos), la Asociación del Fútbol Argentino tomó la decisión de que la Bombonera sea el escenario elegido para el clásico del Rio de la Plata entre Argentina y Uruguay, por eliminatorias.
Si bien Conmebol había confirmado al Mario Alberto Kempes de Córdoba, los jugadores y el cuerpo técnico de la Selección Argentina habrían sugerido una modificación porque prefieren jugar en Buenos Aires y así evitar tantos viajes en poco tiempo.
Por eso, y ante la negativa del estadio Monumental debido a la gran cantidad de recitales internacionales que recibe en esas fechas, se apoyó la decisión que la cancha de Boca vuelva a ser la sede que albergue a los campeones del Mundo en un choque clave de cara a la clasificación al próximo mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.